Durante la Primera Guerra Mundial, en 1918, el Ejército de Estados Unidos encargó al ingeniero Charles Kettering que creara un arma revolucionaria: un avión sin piloto que pudiera transportar v soltar explosivos sobre el enemigo. El resultado fue el Kettering Bug, un aparato de madera v papel con un motor de 40 caballos diseñado por la compañía de los hermanos Wright. No tenía control remoto; en su lugar llevaba un sistema mecánico que contaba las revoluciones del motor para calcular la distancia recorrida. Cuando alcanzaba el objetivo, el motor se apagaba,
el ala se desprendía v el fuselaje caía sobre el ob1jetivo, donde la carga explosiva detonaba.
Costaba 400 dólares (unos 8000 actuales) v podía transportar 80 kilos de explosivos a
120 kilómetros de distancia va 80 kilómetros por hora. El provecto estuvo listo justo cuando la guerra terminó, en noviembre de 1918, así que nunca llegó a usarse en combate.








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