Look estrenó en 2017 la tecnología Vision en sus pedales urbanos, elevando la visibilidad y seguridad de los ciclistas gracias a las luces led integradas en cada pedal. Ahora llega el tumo de la gama Keo de carretera, concretamente los modelos 2 Max y Blade Ceramic.
Se ha demostrado que situar las luces en los pedales nos hace S,S veces más visibles respecto a llevarla anclada en la tija o el sillín, ya que una luz en movimiento llama más la atención respecto a una estática.
Sus 60 lúmenes de potencia nos permiten ser vistos -incluso de día-hasta un kilómetro de distancia y con un ángulo de visión de 180°, tienen dos opciones con luz fija y dos intermitentes, la duración de la batería oscila entre S y 40 h-dependiendo del modo elegido-, son recargables y cuentan con certificado de impermeabilidad IPX7.
Para el test dispusimos de unos Blade Ceramic Vision que ya incluyen los anclajes para las luces en la parte trasera, pero podemos actualizar unos Blade de cuarta generación con el Upgrade Kit de Look.
Comprobamos que son muy fáciles de poner y quitar de la parte trasera de los pedales, y que sus enganches y aberturas pasan bastante desapercibidos cuando no llevamos las luces ancladas. Para encenderlas debemos pulsar durante más de tres segundos su único interruptor, pero por duplicado, y aún no se pueden enlazar a un ciclocomputador para controlarlas. Se activa el modo de ahorro de energía si los pedales dejan de detectar movimiento durante treinta segundos; y podemos olvidarnos de ellas al terminar la ruta, ya que se apagan totalmente tras treinta minutos de reposo.
De sus cuatro modos de luz, el que con diferencia más llamó la atención fue el flash diurno de 60 lúmenes. Su destello no iguala el de las luces led traseras más potentes, pero se acerca bastante gracias a su movimiento arriba-abajo, con el que mejora respecto a una luz fija la función de ser vistos por otros vehículos, sobre todo por la noche.












