Musculosa, con una parrilla prominente y llena de personalidad: así es la carrocería del Mercedes Ener-G-Force, con la peculiaridad de llevar las luces de posición sobre los costados, en una posición muy elevada; y transportar, de manera oculta, la rueda de repuesto -que en el actual Clase G se posiciona en el exterior de la carrocería-. También nos llaman la atención unas impresionantes ruedas sobre llantas de 20 pulgadas. Mecánicamente, se apuesta por la célula de combustible frente a la tecnología híbrida o eléctrica. El Ener-G-Force almacena agua reciclada en unos tanques en el techo y la transfiere a convertidor que transforma este elemento natural en hidrógeno para que funcionen las células de combustible. Las unidades de almacenamiento para la electricidad generada en el proceso se encuentran en los estribos laterales del coche. Estos cambian de color en función del nivel de carga del vehículo. Este proceso químico tiene como resultado una espectacular autonomía de 800 km, emitiendo únicamente agua como residuo. Mercedes, no obstante, no comunica nada más acerca del motor, ni potencia ni prestaciones. Uno de los dispositivos que más nos llaman la atención de este Ener-G-Force es el denominado 'Terra Scan', que escanea el suelo por donde circulamos para adecuar la firmeza de los amortiguadores y calibrar la suspensión para tener el máximo de tracción. |
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