Con un diseño que evidentemente evoca
el genuino Sony Walkman TPS-l2
(1979), incluye control de volumen,
botones de avance y rebobinado,
salida para auriculares y entrada de audio, útil esta última si quieres
grabar sonido. A esta faceta analógica vintage añade conectividad
Bluetooth y una batería recargable que promete hasta
12 horas de autonomía. Ah, sí, por descontado que
reproduce
casetes de toda la vida (la propia
compañía los vende en formato virgen).
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