Gasta un litro de combustible cada cien kilómetros, que equivale a 22 gr/km de emisiones de CO2 (una cifra similar a la del XL1 de Volkswagen pero en un coche teóricamente más grande y realista). Para conseguirlo, Renault ha trabajado en tres aspectos principales: la ligereza, la aerodinámica y la propulsión híbrida. El Renault EOLAB, que por tamaño se encuadraría en el segmento B (el del Clio), se ha construido con materiales ligeros: aluminio, muy habitual en la industria de la automoción actual, plásticos, reservados hoy por hoy a los súper deportivos, y magnesio, el material del futuro ya que es ultra ligero y resistente, pero a la vez más caro (el techo está construido en este material y pesa sólo 4 kilos). Con estos mimbres se ha conseguido reducir nada menos que en 400 kilos el peso de un modelo equivalente.
En cuanto a la aerodinámica, además de una silueta especialmente efectiva el Renault EOLAB dispone de elementos activos que reducen la existencia al aire, como el spoiler trasero o los ‘flaps’ laterales.
Finalmente, para la propulsión Renault acudirá a una tecnología que hoy por hoy es inédita en su gama: un sistema híbrido recargable con autonomía eléctrica para 60 kilómetros y que permite al EOLAB alcanzar una velocidad máxima de 120 kilómetros en modo limpio.
Un alarde tecnológico que no pretende quedarse en un experimento, sino que debería ser una realidad dentro de diez años.
by PI
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