Como si fueran guerreros
medievales, los combatientes alemanes al principio de la guerra iban
equipados con corazas (antecesoras de los chalecos antibalas), para
protegerles de la metralla. Además, durante los bombardeos se cubrían
los ojos con unos antifaces metálicos muy poco prácticos, ya que
limitaban su campo de visión. |
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