La aerolínea pasará a la historia por lograr que los europeos viajen a precios increíbles, pero su estilo poco amistoso y sus recargos hacen del trayecto una experiencia con demasiadas turbulencias.
1. Los vuelos nunca cuestan cero euros. Un atractivo billete Madrid-Londres para el 7 julio a cero euros (un pequeño detalle: sale a las 6.30 de la mañana), con vuelta el 14 de julio al irresistible precio de 4,99 euros, se convierte al ir a pagar en 105 euros. ¿Cómo? Impuestos, una maleta facturada (20 euros), hemos picado con el servicio de prioridad al embarcar (6 euros) y no hemos sido capaces de eliminar de la factura el seguro de viaje (14,50 euros) que aparece por defecto. Al final, barato, pero no gratis.
2. El check in online, la última sorpresa. Esta misma semana, Ryanair ha inventado una tasa de 5 euros por trayecto por el check in online. Esto exige que el viajero imprima la tarjeta de embarque en su casa antes de ir al aeropuerto. Si no quiere o no puede hacerlo, Ryanair le cobrará 40 euros adicionales por trayecto en el mostrador de facturación por la gestión del embarque.
3. Al avión, con lo puesto. Cada pasajero puede llevar en cabina una (y sólo una) maleta con 10 kilos de peso. Muchos pasajeros acaban poniéndose tres jerseys y dos abrigos para evitar el sobrepeso.
4. Maletas facturadas a precio de oro. Ryanair quiere pocas maletas y ligeras (sólo pueden pesar 15 kilos, EasyJet permite 32 kilos de peso). Así, el avión pesa menos, gasta menos combustible y ahorra costes. Cada pasajero debe pagar 10 euros por trayecto por la primera maleta facturada. A partir de la segunda, 20 euros por trayecto.
5. El negocio del sobrepeso. Cada kilogramo de más, en equipaje de cabina o facturado, se paga a 10 euros. Mejor usar la báscula antes de salir de casa.
6. Aeropuerto, ¿de dónde? Si vuelas a Barcelona con Ryanair, debes estar atento para no comprar el billete a Reus-Barcelona. Lo mismo sucede con Granada-Jaén. Si se vuela a Londres, hay muchas probabilidades de llegar a Stansted, a 80 kilómetros del centro.
7. La web, un galimatías. Debería ser sencilla de utilizar, clara y para todos los públicos. Pero no lo es. La UE ha pedido a Ryanair que sea más clara en sus tarifas y que tenga cuidado con la publicidad engañosa. ¿Por qué el viajero debe dedicar media hora a descubrir cómo quitar de la factura el seguro de viaje que aparece por defecto?
8. Nadie a quien reclamar. Una de las experiencias más frustrantes que puede tener un pasajero es tener un problema con Ryanair. En el aeropuerto, nadie responde de la aerolínea porque casi todos los servicios están subcontratatos. En momentos de crisis, la web no ayuda y el teléfono es tan caro que mejor ni intentarlo.
9. Los niños, a la cola. Posiblemente, es la única aerolínea en el mundo que no ofrece prioridad a los viajeros con bebés, que deben aguantar su turno en la cola.
10. Chavales, olvidaos de viajar. A partir de octubre los menores de 16 años no podrán viajar solos.
11. El interior del avión. Además de no brillar por su limpieza, la distancia entre los asientos es mínima y la compañía ha quitado el bolsillo donde guardar las revistas (otra medida para agilizar la limpieza del avión cuando está en tierra entre vuelo y vuelo). En consecuencia, también han desaparecido las bolsas para el mareo. No hace falta mucha imaginación para pensar qué pasa durante las turbulencias.
12. Tasa para gordos. Ryanair quiere ser considerada como una aerolínea innovadora, imaginativa y divertida. Pero sus últimas ideas (que no se han aprobado) son más que polémicas: cobrar más a las personas gordas o aplicar una tasa por utilizar el baño.
13. Tarjeta de crédito: pagar el billete de avión no es gratis. Si se utiliza Visa o MasterCard, se aplica otra tasa de 5 euros por trayecto.
14. La fiesta dentro del avión. ¿Por qué sobresaltan a los pasajeros anunciando por megafonía que Usted puede convertirse en millonario si compra la lotería de Ryanair? ¿Es absolutamente necesario tocar la trompeta cuando se aterriza a la hora prevista?
15. Michael O’Leary, ese hombre. El presidente es el más polémico de los empresarios actuales. Pero, a veces, roza la ofensa como cuando aprueba que desde su compañía se llame "idiotas" a los blogueros y dice que la fiebre porcina sólo la cogen los pobres de México.
16. Y sin embargo... te quiero. Al final, millones de pasajeros en Europa vuelan con Ryanair cada año. Una de las razones es, desde luego, el precio, pero también el hecho de que sean los únicos que cubren rutas poco interesantes para los grandes operadores. Cómo volar si no de Zaragoza o Murcia a Londres? ¿Desde Santander a Roma? ¿O desde Almería a Dublín?
1. Los vuelos nunca cuestan cero euros. Un atractivo billete Madrid-Londres para el 7 julio a cero euros (un pequeño detalle: sale a las 6.30 de la mañana), con vuelta el 14 de julio al irresistible precio de 4,99 euros, se convierte al ir a pagar en 105 euros. ¿Cómo? Impuestos, una maleta facturada (20 euros), hemos picado con el servicio de prioridad al embarcar (6 euros) y no hemos sido capaces de eliminar de la factura el seguro de viaje (14,50 euros) que aparece por defecto. Al final, barato, pero no gratis.
2. El check in online, la última sorpresa. Esta misma semana, Ryanair ha inventado una tasa de 5 euros por trayecto por el check in online. Esto exige que el viajero imprima la tarjeta de embarque en su casa antes de ir al aeropuerto. Si no quiere o no puede hacerlo, Ryanair le cobrará 40 euros adicionales por trayecto en el mostrador de facturación por la gestión del embarque.
3. Al avión, con lo puesto. Cada pasajero puede llevar en cabina una (y sólo una) maleta con 10 kilos de peso. Muchos pasajeros acaban poniéndose tres jerseys y dos abrigos para evitar el sobrepeso.
4. Maletas facturadas a precio de oro. Ryanair quiere pocas maletas y ligeras (sólo pueden pesar 15 kilos, EasyJet permite 32 kilos de peso). Así, el avión pesa menos, gasta menos combustible y ahorra costes. Cada pasajero debe pagar 10 euros por trayecto por la primera maleta facturada. A partir de la segunda, 20 euros por trayecto.
5. El negocio del sobrepeso. Cada kilogramo de más, en equipaje de cabina o facturado, se paga a 10 euros. Mejor usar la báscula antes de salir de casa.
6. Aeropuerto, ¿de dónde? Si vuelas a Barcelona con Ryanair, debes estar atento para no comprar el billete a Reus-Barcelona. Lo mismo sucede con Granada-Jaén. Si se vuela a Londres, hay muchas probabilidades de llegar a Stansted, a 80 kilómetros del centro.
7. La web, un galimatías. Debería ser sencilla de utilizar, clara y para todos los públicos. Pero no lo es. La UE ha pedido a Ryanair que sea más clara en sus tarifas y que tenga cuidado con la publicidad engañosa. ¿Por qué el viajero debe dedicar media hora a descubrir cómo quitar de la factura el seguro de viaje que aparece por defecto?
8. Nadie a quien reclamar. Una de las experiencias más frustrantes que puede tener un pasajero es tener un problema con Ryanair. En el aeropuerto, nadie responde de la aerolínea porque casi todos los servicios están subcontratatos. En momentos de crisis, la web no ayuda y el teléfono es tan caro que mejor ni intentarlo.
9. Los niños, a la cola. Posiblemente, es la única aerolínea en el mundo que no ofrece prioridad a los viajeros con bebés, que deben aguantar su turno en la cola.
10. Chavales, olvidaos de viajar. A partir de octubre los menores de 16 años no podrán viajar solos.
11. El interior del avión. Además de no brillar por su limpieza, la distancia entre los asientos es mínima y la compañía ha quitado el bolsillo donde guardar las revistas (otra medida para agilizar la limpieza del avión cuando está en tierra entre vuelo y vuelo). En consecuencia, también han desaparecido las bolsas para el mareo. No hace falta mucha imaginación para pensar qué pasa durante las turbulencias.
12. Tasa para gordos. Ryanair quiere ser considerada como una aerolínea innovadora, imaginativa y divertida. Pero sus últimas ideas (que no se han aprobado) son más que polémicas: cobrar más a las personas gordas o aplicar una tasa por utilizar el baño.
13. Tarjeta de crédito: pagar el billete de avión no es gratis. Si se utiliza Visa o MasterCard, se aplica otra tasa de 5 euros por trayecto.
14. La fiesta dentro del avión. ¿Por qué sobresaltan a los pasajeros anunciando por megafonía que Usted puede convertirse en millonario si compra la lotería de Ryanair? ¿Es absolutamente necesario tocar la trompeta cuando se aterriza a la hora prevista?
15. Michael O’Leary, ese hombre. El presidente es el más polémico de los empresarios actuales. Pero, a veces, roza la ofensa como cuando aprueba que desde su compañía se llame "idiotas" a los blogueros y dice que la fiebre porcina sólo la cogen los pobres de México.
16. Y sin embargo... te quiero. Al final, millones de pasajeros en Europa vuelan con Ryanair cada año. Una de las razones es, desde luego, el precio, pero también el hecho de que sean los únicos que cubren rutas poco interesantes para los grandes operadores. Cómo volar si no de Zaragoza o Murcia a Londres? ¿Desde Santander a Roma? ¿O desde Almería a Dublín?
by PI
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