El Wilhelm Gustloff ya pintado como buque hospital, en el puerto de Danzig en 1939 |
Con el avance de las fuerzas soviéticas hacia territorio alemán por la Prusia Oriental, la situación para Alemania se torna dramática por los miles de refugiados alemanes que escapan ante las atrocidades de la guerra y el embate soviético. La Kriegsmarine lo destina junto con otros trasatlánticos para la operación de rescate de refugiados civiles y militares alemanes provenientes de la Prusia Oriental que llegaban a Gotenhafen para ser enviados a Kiel o Hel, bajo la denominada Operación Aníbal. En las mentes de todos los soldados soviéticos estaban los más de veinte millones de muertos que los nazis habían dejado a su paso por su país, y mientras una debilitada Alemania se batía en retirada, el Ejército Rojo arrasaba con todo lo que encontraba en su camino. Una proclama les había dejado muy claras sus órdenes: "Mata. Nada en Alemania es inocente, ni los vivos ni los que aún están por nacer. Sigue las palabras del camarada Stalin y aplasta para siempre a la bestia fascista en su madriguera. Rompe el orgullo racial de la mujer alemana. Tómala como tu legítimo botín".
El Wilhelm Gustloff recién pintado como buque hospital (1939) |
En enero de 1945, en medio de un invierno riguroso con temperaturas de -20 °C, la situación de Alemania se deterioraba dramáticamente: unos 75000 refugiados civiles y militares alemanes convergían en los puertos de Dánzig y Pillau y unos 7 millones de fugitivos huían desde la Prusia Oriental por el corredor polaco hacia Alemania, sin apenas alimentos o medicamentos, en el frío invernal, colapsando los caminos y carreteras hacia la costa con atascos de unidades de la Wehrmacht que se dirigían al frente, atacados por la artillería y la Fuerza Aérea Soviética que bombardeaban todo y temiendo la rabia soviética por los millones de víctimas causadas por la invasión alemana. En cuanto al más de un un millón de personas que se escondían en una zona que en su mayor parte ya había caído en manos soviéticas, pronto llegaría la orden de evacuación para ellos. A su llegada, se encontraron con el escollo de tener que cumplir los criterios para embarcar, que daban prioridad a los militares heridos y a las mujeres con niños. Pero con el paso de las horas la desesperación empezó a adueñarse de aquellas personas, siendo de tal magnitud que muchos hombres se llegaron a disfrazar de mujer y a llevar un muñeco en sus brazos para poder subir a bordo de algún navío que los sacase de aquel infierno. Entre estos barcos destinados a la evacuación de personas se encontraba el MV Wilhelm Gustloff.
El buque estaba desde el 21 de enero en Danzig evacuando a militares y seguidamente a civiles, comenzando por las mujeres y los niños. En la piscina interior drenada se estableció un puesto de enfermería con 375 enfermeras auxiliares de la Armada que atendían a los heridos, y además se encontraban a bordo 1.000 cadetes submarinistas que acababan de terminar su entrenamiento. La cantidad de personas embarcadas en el Wilhelm Gustloff oficialmente era de 8.000 personas pero estas aumentaron a 10.200 (una cantidad que excedía en mucho a la capacidad del barco, que estaba diseñado para albergar a 1.500 pasajeros y 500 tripulantes), lo que hacía qué el buque fuera insoportable, dado que muchos refugiados estaban a la intemperie en las cubiertas superiores expuestos a la hipotermia.
1943 |
Wilhelm Gustloff, Gotenhafen, Marzo de 1944. |
A las 12 horas del 30 de enero de 1945, los capitanes Friedrich Petersen (civil) y Wilhelm Zahn (DKM) al mando de Wilhelm Gustloff recibieron la orden de zarpar. En su travesía, el Gustloff no iba escoltado por ningún buque de guerra y el único barco que lo acompañaba tenía inutilizado el sensor que detectaba la presencia de submarinos por culpa del intenso frío que había congelado el aparato. Para colmo, el transatlántico solo disponía de doce lanchas salvavidas. De este modo, la lenta navegación del Gustloff por el Báltico lo convirtió en un blanco fácil para los submarinos rusos que patrullaban la zona.
Sello ruso de 1996 que muestra al submarino S-13 que atacó y hundió al Wilhelm Gustloff. |
Hacia las 21 horas, ya traspasando el norte de la isla de Bornholm, un mensaje de radio indicó al Wilhelm Gustloff que un dragaminas se acercaba al trasatlántico. Petersen dio la orden de encender las luces de navegación a fin de no chocar con el dragaminas. El buque, con las luces encendidas, un submarino S13 al mando del comandante Alexandr Marinesko avistó el enorme transatlántico alemán, quien ordenó de inmediato cargar cuatro torpedos mientras se colocaba en posición de ataque. A las 21:08 horas, tres torpedos hicieron impacto por estribor en el Wilhelm Gustloff; el "Madre Patria" impactó contra la proa provocando la activación de los mamparos, lo que hizo que quienes allí estaban no pudiera escapar; el "Stalin" destrozó por completo la piscina donde se habían instalados los sanitarios, que murieron al instante junto con los heridos que atendían, y el "Pueblo Soviético" destruyó la sala de máquinas, dejando el barco completamente ingobernable. El cuarto se atascó y quedó desactivado.
Representacion del hundimiento. |
El hundimiento de Gustloff en la película de 1960 Nacht fiel über Gotenhafen. |
El Wilhelm Gustloff se inclinó inmediatamente a estribor en medio del caos interior y la oscuridad. Miles de refugiados saltaban a las heladas aguas y otros miles luchaban por salir del navío incluso por los ojos de buey. El pánico total cundió produciendo atascos e impidió una evacuación ordenada y la gente se agolpó ante las pocas lanchas salvavidas que había, muchas de la cuales ni siquiera pudieron arriarse debido a que los cables que las sujetaban estaban congelados. Hubo suicidios en masa de personas convencidas de que su fin había llegado. Muchos oficiales mataron a tiros a sus propias familias para evitarles una terrible muerte en el mar. Asimismo numerosos pasajeros, desesperados por escapar, pisoteaban a quienes caían al suelo, otros disparaban al aire y la mayoría quedaron atrapados en pasillos y camarotes mientras el Gustloff se hundía irremediablemente. Mucha gente, presa del terror, empezó a lanzarse al mar sin chaleco salvavidas, ahogándose por el peso de la ropa de abrigo que llevaba, y los niños que se tiraban por la borda se hundían sin remedio a causa de que los salvavidas que se les proporcionaron eran demasiado grandes para ellos.
Botes salvavidas del Wilhelm Gustloff. |
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El Wilhelm Gustloff tardó 44 minutos en hundirse a 44 m de profundidad. Hacia el final del hundimiento, el navío se adrizó, lo que permitió la salida de más personas. El cuarto torpedo no logró salir del tubo lanzatorpedos del submarino soviético, provocando una acción de emergencia para desactivarlo. El rescate no se hizo esperar y acudieron inmediatamente al lugar del hundimiento el torpedero T-36, que rescató 564 sobrevivientes, el torpedero Löwe logró sacar 472 personas de las gélidas aguas, el vapor Göttingen salvó a 28 sobrevivientes, otro torpedero, el T-19 rescató a 7 personas, el carguero Gotland tomó a dos personas y una lancha schnellboot V-1703 rescató a un bebé. En total sobrevivieron y se rescataron unas 1.200 personas; pero fallecieron unas 9.000 ya fuera por quedar atrapadas y ahogarse en el interior del navío o por hipotermia. Quienes lograron sobrevivir a la tragedia fueron ignorados e incluso amenazados por las juventudes hitlerianas. Alemania no podía permitirse en aquel delicado momento reconocer una catástrofe como aquella y deprimir aún más a una población absolutamente desmoralizada. Tanto los capitanes Petersen como Zahn salvaron sus vidas, mientras que de las 375 enfermeras de la Armada sólo se salvaron tres. Solo se abrió un sumario contra Zahn por el desastre pero fue archivado a causa del inminente colapso total de Alemania.
El Wilhelm Gustloff en Gdynia. Con la adición de las plataformas, esta imagen data de septiembre de 1944 a enero de 1945, aunque generalmente se dice que fue tomada en enero. |
Wilhelm Gustloff Museum, National Collection of Aerial Photography. 7 de agosto de 1944, Gdynia, Polonia. |
Localización de los restos del Wilhelm Gustloff.
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Por su parte, para los soviéticos representó un gran orgullo hundir uno de los símbolos del nazismo. Algunos de los primeros buceadores que bajaron años más tarde observaron que el barco estaba destruido por la mitad y que había fuertes evidencias de explosiones y cortes que no recordaban la destrucción por un hundimiento. Estos buzos alimentaron la idea de que entrada la década de 1950 Rusia destruyó los restos del naufragio para encubrir su búsqueda de la Sala de Ámbar (Una cámara dentro del palacio de Catalina de la Villa de los Zares, cerca de San Petersburgo, Rusia. Está decorada con paneles de ámbar respaldados con pan de oro y espejos. Construida en el siglo XVIII en Prusia, la Cámara de ámbar original fue desmantelada por los Nazis y perdida durante la Segunda Guerra Mundial). También, dado que se hundió en una ruta marítima importante, esto habría representado un peligro para la navegación. Si bien probablemente fueron los rusos, el barco implosionó sobre sí mismo entre la proa y la popa, donde representaba la mayor amenaza para los barcos de arriba. No se sabe cuándo se hizo esto. También se dice que el mástil de popa fue volado en 1973 porque todavía sobresalía a una profundidad de 21 metros.
Sala de Ámbar |
Restos del Wilhelm Gustloff. |
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Pero el comandante del submarino que acabó con el Gustloff, Alexandr Marinesko, fue acusado de alcoholismo y de haber desaparecido durante tres días para estar con una mujer sueca, por lo que fue degradado. Desacreditado, Marinesko fue destinado a trabajos secundarios en la Armada Soviética a cargo de una superintendencia, y poco más tarde fue acusado de dilapidación de bienes, por lo que tuvo que presentar su renuncia y pasar dos años recluido en el campo de concentración de Kolyma. Al finalizar su sanción, Marinesko era un hombre absolutamente arruinado e indigente, y falleció de úlcera en Leningrado. En 1990, fue reivindicado como un Héroe de la Unión Soviética cuando se cumplió el 50º aniversario de la Gran Guerra Patria.
by PI