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viernes, 25 de enero de 2013

Terapias rocambolescas

Galvanismo
Galvanismo
Galvanismo, teoría de Luigi Galvani según la cual el cerebro de los animales produce electricidad que es transferida por los nervios, acumulada en los músculos y disparada para producir el movimiento de los miembros. Esta singular teoría recorrió los claustros universitarios europeos entre finales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX. Los experimentos con animales, y hasta con cadáveres humanos, alentaban la secreta esperanza de que, mediante la electricidad, pudieran sanarse enfermedades que provocaban parálisis y aún reanimar un cuerpo muerto. Esas experiencias pueden considerarse un remoto antecedente del desfibrilador cardíaco moderno.  En 1818, en la universidad de Glasgow, el médico Andrew Ure maravilló a un auditorio popular aplicando corriente al nervio frénico izquierdo y al diafragma del cadáver de un ajusticiado en la horca, con lo que logró la reanimación del cuerpo. Todo terminó en un frenético festival de horror cuando se aplicó corriente al nervio supraorbital y al talón. A medida que subía el voltaje, "se exhibieron las muecas más horribles. Rabia, horror, desesperación, angustia y sonrisas espantosas unieron su horrible expresión en el rostro del asesino", narró el propio Ure.  Dos años antes, en un castillo suizo, Mary Shelley había concebido la novela Frankenstein o el moderno Prometeo en la que es muy clara la referencia a los experimentos que entonces se hacían con la electricidad, que apasionaban al marido de Mary, el poeta Percy Bysshe Shelley, y al grupo de intelectuales que la rodeaba. La teoría de un fluido eléctrico nervioso, producido por el cerebro, conducido por los nervios y almacenado en los músculos, ha sido abandonada por los científicos.

reacciones electrónicas de Abrams
Reacciones electrónicas de Abrams
Abrams promovió la idea de que los electrones eran el elemento básico de la vida. Él llamó a esto ERA (Electronic Reactions of Abrams: reacciones electrónicas de Abrams) y presentó una serie de máquinas, que según él se basaban en estos principios. El Dynomizer (dinomizador) se parecía a una radio, y Abrams dijo que podría diagnosticar cualquier enfermedad conocida mediante una sola gota de sangre o incluso mediante un papel con la escritura del paciente. Abrams decía que su máquina podía realizar diagnósticos sobre muestras de sangre seca que le enviaban en pedazos de papel dentro de sobres, por correo. Abrams afirmaba que —por medio de sus máquinas— podía llevar a cabo la práctica médica a través de la vía telefónica, y que incluso podía determinar características de la personalidad. El Dynomizer fue un gran negocio: en 1918, los cursos de espondiloterapia y ERA costaban 200 dólares estadounidenses (por el mismo poder adquisitivo de unos 2800 dólares en 2008) y el alquiler del equipo costaba unos 200 dólares, con un cargo mensual de 5 dólares al mes, en adelante. El arrendatario tenía que firmar un contrato en el que prometía no abrir nunca el dispositivo. Abrams explicaba que si se abría se podía distorsionar los delicados ajustes, pero la regla también servía para evitar que alguien examinara sus dispositivos. Abram luego amplió sus pretensiones para el tratamiento de las enfermedades diagnosticadas. Abrams inventó nuevos aparatos y aún más impresionante, el Oscilloclast6 y el Radioclast, que venía con tablas de frecuencias que debían ser configuradas correctamente para atacar enfermedades específicas. A los clientes les decía que las curas requerían la repetición de los tratamientos. Los operadores del Dynomizer tendían a dar diagnósticos alarmantes: generalmente combinaciones de enfermedades como el cáncer, la diabetes y la sífilis. Abrams inventó una enfermedad desconocida (y por lo tanto no tratada por los médicos) llamada «la sífilis bovina». Afirmó que el osciloclasta era capaz de vencer a la mayoría de estas enfermedades, la mayoría de las veces. En 1921 declaró que 3500 profesionales en EE. UU. utilizaban la tecnología ERA. Los médicos ortodoxos sentían muchas sospechas.
Asueroterapia
Asueroterapia
Con la única ayuda de un fotóforo y un espéculo nasal de fabricación casera, el Dr.Fernando Asuero, hurgaba la nariz de sus pacientes en la zona de los cornetes nasales, con el objetivo de estimular las ramificaciones del nervio trigémino en esta zona. Descubrió de forma casual durante intervenciones de otra índole que cada vez que afectaba este área nerviosa, se producía un estímulo reflejo en diversas partes del organismo, que milagrosamente aliviaban dolencias y curaban numerosas patologías, incluyendo algunas tan desagradables como la propia patología del trigémino; tan dolorosa, que recibe el apelativo de la enfermedad del suicida. Pero la reflexología no servía como excusa para el resto de profesionales, que veían como un medico de pueblo les levantaba literalmente sus pacientes y ponía en entredicho sus reputaciones.  El Dr. Asuero estudió medicina en la Universidad de Madrid y se especializó en otorrinolaringología en París y en la universidad de Cambridge, razón por la que en un principio no se le cuestionó su profesionalidad. El que posteriormente se le quisiera desacreditar, no obedece más que a una reacción de envidias e ignorancia, como asegura el Dr. José Cabrera. Esta sí que es una verdadera pandemia a nivel mundial que está frenando desde hace mucho tiempo nuestra evolución tanto a nivel científico como humano.
Revitalizar cabezas cortadas Jean-Baptistc Vincent Laborde
Revitalizar cabezas cortadas
En 1884 Jean-Baptistc Vincent Laborde trató de mantener con vida la cabeza cortada a un sujeto llamado Campi, ejecutado por asesinato. “Los resultados fueron decepcionantes”, señala Boese. Para un segundo intento, Laborde exigió que le entregaran la cabeza del ejecutado a la mayor brevedad posible. Así ocurrió. El nuevo ejemplar pertenecía a otro asesino llamado Cagny. Siete minutos después de la despeinada, la cabeza pasó al laboratorio, donde el científico logró conectarla a las arterias de un perro vivo. “Laborde reportó que los músculos faciales se contrajeron, como si el hombre todavía estuviera vivo, mientras la mandíbula temblaba violentamente”. Pero no hubo signos de que estuviera consciente. arece ser que estos espantosos experimentos eran tan frecuentes que el doctor Paul Bert pidió su prohibición, alegando: “No hay duda de que cuando se aprobó esta ley no se tuvo en cuenta la imaginación de cualquier ingenioso médico para torturarlos después de ser ejecutados“. Sangre oxigenada.
baunscheidtismo
Baunscheidtismo
El mecánico alemán Karl Baunscheidt (1809-1873) desarrolló un método curativo denominado "baunscheidtismo", basado en el estímulo de zonas de la piel mediante un Despertador de la Vida que hacía que las sustancias patógenas se separaran de los humores vitales, estimulando así las funciones de los órganos. El invento consistía en un artilugio lleno de agujas delgadas y cortas que mediante un mecanismo de resortes y muelles pinchaban la piel de forma superficial; lógicamente, este aparato se acompañaba de un complemento con el que había que untar la piel previamente y que se llamaba "Aceite Original Baunscheidt".

Bioscopia
Doctor Collongues. Aunque ténicamente la Bioscopia (del griego bios, vida, y skopein, observar) sería el examen del cuerpo para demostrar la existencia de vida, este médico lo entendía como una técnica para curar las enfermedades del estómago y del hígado. ¿Qué era exactamente la Bioscopia?, bueno, esto decía su inventor: "La bioscopia tiene por objeto el estudio de la fuerza motriz que anima la vida de nutrición bilateral, tomando como medida de esta fuerza el trabajo higrométrico de las manos, comparado matemáticamente cuatro veces seguidas entre la mano derecha y la izquierda en tiempos iguales y a temperatura caliente...".

Frenología
Frenología
La frenología (del griego: φρήν, fren, "mente"; y λόγος, logos, "conocimiento") es una antigua teoría que afirmaba la posible determinación del carácter y los rasgos de la personalidad, así como las tendencias criminales, basándose en la forma del cráneo, cabeza y facciones. Desarrollada alrededor del 1800 por el neuroanatomista alemán Franz Joseph Gall1 y extremadamente popular durante el siglo XIX; hoy en día es considerada una pseudociencia. Ha merecido, sin embargo, cierto mérito como protociencia por su contribución a la ciencia médica con su idea de "El cerebro es el órgano de la mente", y que ciertas áreas albergan funciones específicamente localizadas.  La frenología fue popularizada en la Inglaterra victoriana por el abogado escocés George Combe el cuál llegó a fundar la sociedad frenológica de Edinburgo. Combe reunió los postulados del doctor Gall en la obra "A system of phrenology”(1830)". Dicha obra contenía ideas polémicas de la frenología que reafirmaban el racismo imperante de la época. Como se puede leer en algunos pasajes:  Sobre la localización del deseo sexual en el cerebro: "El doctor Gall descubrió la función de este órgano tal como sigue: Era el médico de una viuda de carácter irreprochable la cual estaba afectada por unos problemas nerviosos que la conducían a un estado severo de ninfomanía. En la violencia de sus ataques, el doctor sujetó su cabeza y se sorprendió por el largo tamaño del cuello y el calor que desprendía. Mediante posteriores observaciones investigó la idea que le sugirió este suceso y llegó a su conclusión final."  Sobre la inferioridad de la raza amerindia: “El aspecto de los nativos americanos es todavía más deplorable. Envueltos durante siglos por el conocimiento, emprendimiento, energía y la incitación a la mejora de las instituciones europeas. Permanecen, en el tiempo presente, tan miserables, nómadas, sin hogar y sin ley como lo eran sus ancestros cuando Colón puso pie en su suelo.”  A pesar del interés de Combe y otros estudiosos de la frenología en agrandar su prestigio como supuesta ciencia esta nunca llegó a tener consideración en los entornos universitarios (generalmente compuestos de personas de clase alta) siendo objeto de interés entre ciudadanos de clase más modesta.  Sus principios establecían que el cerebro es el órgano de la mente, y que este posee un conjunto de facultades mentales; cada una representada particularmente por una parte diferente u "órgano" del cerebro. Estas áreas eran consideradas proporcionales a las propensiones individuales de la persona y de sus facultades mentales. Las diferencias entre las distintas áreas estaría reflejada en la forma exterior del cráneo.  La frenología, que se ocupa de la personalidad y el carácter, difiere de la craneometría (el estudio del peso, tamaño y forma del cráneo), así como de la fisiognomía (estudio de los rasgos faciales). Sin embargo, todas estas disciplinas aseguran predecir conductas o capacidades intelectuales. En un tiempo fueron practicadas intensamente en el campo de la antropología/etnografía y en ocasiones utilizadas para justificar "científicamente" el sexismo. Aunque algunos principios de la frenología están hoy bien establecidos, la premisa básica de que la personalidad está determinada por la forma del cráneo es considerada falsa por casi todo el mundo.
Terapia con células frescas
Terapia con células frescas
El médico suizo Paul Niehans (1882-1971), inventó en 1930 la llamada Terapia con células frescas. Esta cito terapia se basaba en la inyección de células frescas procedentes de tejidos de animales jóvenes o de fetos animales, creyendo que la inyección revitaliza el organismo del receptor. El origen de este tratamiento está en la "organoterapia", que en el caso de los tratamientos endocrinológicos tuvo cierta aceptación. La mayor propaganda de este doctor fue el Papa Pío XII, que se sometió a su tratamiento y lo designó como Miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias. Posteriormente surgió la variante de "terapia con células secas" (células frescas conservadas), hoy en día prohibida en muchos países.
Robert Cornish
En los años 30, Robert Cornish, investigador de la Universidad de California en Berkeley, creía que había encontrado el sistema para devolver a la vida a muertos, siempre, claro, que no tuviesen daños orgánicos graves. Consistía en balancear los cadáveres mientras les inyectaba una mezcla de adrenalina y anticoagulantes. Cornish probó su técnica en cuatro fox terriers a los que bautizó como Lázaro. Primero los asfixió, esperó a que permaneciesen muertos durante diez minutos y les aplicó su técnica. Los dos primeros intentos fueron un fracaso, pero los dos siguientes resucitaron. Aunque ciegos y con importantes daños cerebrales, vivieron durante meses en casa del científico, inspirando, según cuentan, verdadero pánico a los otros perros. Años después, en 1947, Cornish anunció que estaba listo para realizar el experimento con un humano. Thomas McMonigle, un prisionero en el corredor de la muerte, se presentó como voluntario para servir como cobaya, pero el estado de California denegó la petición. Temían que si el experimento funcionaba tendrían que dejar libre a McMonigle.
Kellogg, enema de yogur
Kellogg, enema de yogur
Kellogg cobró fama mientras trabajaba en el Sanatorio de Battle Creek, que dirigía siguiendo los preceptos de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Creían en los beneficios de la dieta vegetariana y del ejercicio.  Kellogg se aseguraba de que los intestinos de todos y cada uno de sus pacientes fueran convenientemente irrigados con agua, tanto por arriba como por abajo. Su artilugio predilecto era una máquina para aplicar enemas (“como una que vi en Alemania”) que era capaz de inyectar 15 galones de agua (unos 57 litros) en los infortunados intestinos de un paciente en cuestión de segundos. A la inserción de cada enema de agua, seguía una pinta (algo más de medio litro) de yogur; la mitad era ingerida de forma normal, la otra mitad administrada por vía rectal “plantando de este modo los microbios protectores en el sitio en el que son más necesarios y pueden prestar un servicio más efectivo”. El yogur servía para renovar la flora intestinal, dando lugar a lo que Kellogg aseguraba que era un intestino “relimpio”. En los casos en que sus tratamientos no surtían el efecto deseado, Kellogg le echaba la culpa a la masturbación secreta del paciente. Kellogg creía que la mayoría de las enfermedades podían ser mitigadas mediante un cambio en la flora intestinal: las bacterias de los intestinos podían o bien favorecer, o bien obstaculizar el funcionamiento del cuerpo. Las bacterias “malas” producen toxinas que envenenan la sangre durante la digestión de las proteínas. Una dieta pobre favorece la aparición de bacterias dañinas que pueden infectar otros tejidos del cuerpo. La dieta de cada individuo altera la flora intestinal; si se sigue una dieta vegetariana equilibrada rica en alimentos laxantes, con mucha fibra y bajos en proteínas, dicha alteración será para mejor. Este cambio en la flora se puede acelerar mediante enemas que contengan bacterias beneficiosas, o siguiendo regímenes de comidas específicas diseñados para sanar una determinada dolencia. En su sanatorio también se emplearon curas basadas en baños de agua fría con radio o en el uso de una silla vibratoria de su invención. Kellogg estaba en contra del uso de la cirugía para curar enfermedades, tanto intestinales como de otros tipos.
mesmerismo
Mesmerismo
Mesmer es considerado como el padre de la hipnosis moderna. Fue el primer occidental en creer en la capacidad de toda persona para curar a su prójimo usando el hipotético «magnetismo animal».  El mesmerismo es, usando las mismas leyes, el fenómeno opuesto a la moderna hipnosis. La hipnosis tiende más al dominio del sujeto, y muy a menudo los hipnotizadores terminan por injertarles vicios morales, quizás inconscientemente a sus sujetos. En cambio el mesmerismo, basado en la creencia del "Magnetismo animal" (o sea, en otras palabras la hoy tan conocida sugestión) se encaminaba más al cuidado del paciente. En sus inicios, Mesmer, en su establecimiento curativo fundado en Viena, no sólo usó el supuesto magnetismo animal, sino que también empleó electricidad, metales y maderas.  Quizás sus creencias tenían un ligero vaho, proveniente de la tradición europea de la alquimia. Él creía que todo el universo se había desarrollado de una sustancia homogénea primordial, luego diferenciada en la diversidad que conocemos. Luego entonces, la madera, metales, piedras, plantas que él usaba se basaban en la afinidad con el cuerpo del enfermo, más directo aún, en la afinidad y correspondencia de los átomos y mediante el uso ya sea interno (bebidas) o externo (brazaletes y otros debidamente magnetizados) de este agente, el paciente recibía fuerza adicional para combatir la enfermedad. Según es reportado[cita requerida], Frankz Mesmer hizo muchas curaciones para su tiempo, pero fue en 1774 cuando realmente dijo dar con el secreto del magnetismo, y quedar tan altamente interesado que abandonó el uso de imanes naturales.  Fue aquí cuando le dio el conocido nombre de magnetismo animal y la nueva fuerza fue entonces empleada por toda Europa a través de multitud de seguidores. Alrededor de 1780, Mesmer ya se había instalado en París; aquí atendió a muchos. El flujo Mesmer entendía la salud calibre del proceso de la vida a través de cientos de canales eléctricos que recorren el cuerpo humano. La enfermedad sería causada por los obstáculos, sin tocarlo.  Hoy se supone que — al igual que cualquier otro método de inducción de trance hipnótico —, aquellos pases favorecían la liberación del espíritu, abriendo el subconsciente del paciente, cuya voluntad quedaba vulnerable a toda suerte de sugestiones.
Perkinismo
El médico americano Eliseo Perkins (1741-1799), inventó en el año 1798 el llamado Tractor de Perkins, consistente en una especie de compás u horquilla con un extremo puntiagudo y otro romo hecho de combinaciones de diferentes metales como cobre y cinc, oro y hierro o platino y plata; este tractor se pasaba por las zonas doloridas y se suponía que el dolor desaparecía inmediatamente al desviar la electricidad animal acumulada. Este método curativo se conoció con el nombre de "Perkinismo".
by PI

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