domingo, 21 de diciembre de 2025

Amala y Kamala dos niñas indias criadas por una manada de lobos Joseph Amrito Lal Singh

 

Amala y Kamala dos niñas indias criadas por una manada de lobos Joseph Amrito Lal Singh

En los inicios del siglo XX, el reverendo Joseph Amrito Lal Singh, un misionero que trabajaba con tribus locales en la selva, había fundado un orfanato junto con su mujer en la localidad de Medinapur. Singh era un enamorado de la naturaleza y la aventura, así que solía hacer expediciones con sus ayudantes por las junglas circundantes. En una de estas salidas, en 1920, durante una noche en que el grupo se paró en un pequeño pueblo a dormir, tuvo lugar un increíble hallazgo, según el relato posterior de Singh. Los vecinos, al enterarse de la presencia del religioso, acudieron a él y le pidieron que hiciera un exorcismo en una montaña en la cual los habitantes de la zona aseguraban haber visto fantasmas. Impulsado por la curiosidad, a la noche siguiente el misionero se animó a comprobarlo por sí mismo. La montaña tenía numerosos recovecos y entrantes en la roca. Mientras ascendían, vieron a una hembra de lobo que no paraba de entrar y salir de una cueva. Luego aparecieron los pequeños lobeznos y, finalmente, los temidos fantasmas. Los cazadores que le acompañaban ya estaban dispuestos a disparar con sus rifles, pero Singh se dio cuenta de que se trataba de personas y dio el alto al fuego. A pesar de que el pelo les cubría el cuerpo por completo y su conducta era como la de los cánidos, sus rasgos humanos eran obvios. Entonces, los expedicionarios decidieron esperar a la luz del día para cavar un túnel e intentar rescatarlos. En cuanto empezaron a excavar, la loba atacó con gran fiereza a los cazadores, que tuvieron que disparar y matarla. Cuando por fin accedieron a la lobera, encontraron a dos criaturas muertas de miedo. Se trataba de dos niñas, una de apenas un año y medio y otra de ocho. Gruñían cuando alguien se acercaba y caminaban apoyando las manos en el suelo. Para beber sólo usaban la lengua y comían carne cruda. Probablemente habían sido repudiadas por sus padres en alguna de las tribus cercanas, que solían practicar el infanticidio selectivo de niñas o las abandonaban a su suerte en la selva, y habían logrado sobrevivir gracias a los lobos. Singh les puso los nombres de Kamala y Amala. Después fueron trasladadas al orfanato de Medinapur. Amala, la más joven, murió al cabo de un año, y Kamala vivió confinada en el orfanato varios años más, hasta su muerte en 1929, a los 17 años. Al parecer aprendió algunas palabras, entre ellas los nombres de otros niños y los colores, pero más allá de las conversaciones básicas, era difícil comunicarse con ella. Sólo aceptaba comida cuando se la servían en su plato y no en ningún otro. Sin embargo, investigaciones más recientes pusieron en duda la veracidad de la historia contada por Singh, al sos-pechar que se trataba de un fraude montado por él mismo con el fin de recibir dinero para el orfanato. La mayoría de los científicos cree que Amala y Kamala fueron niñas que nacieron con algún tipo de autismo y defectos congénitos, y que Singh, único narrador del momento del hallazgo, se inventó la historia de que habían sido criadas y cuidadas por los lobos del bosque.
 

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