• Revestimiento cerámico sin PFOA. Tiene una buena antiadherencia y no libera tóxicos. El punto negativo es que es más delicado, se raya con facilidad y requiere cuidados específicos
• Acero inoxidable 18/10 o quirúrgico. Muy seguro, neutro y resistente a la corrosión. Disminuye la absorción de níquel, aunque las personas alérgicas deben vigilar su uso.
• Hierro fundido bien curado. Tradicional, inocuo y muy duradero. Este tipo de sartenes evitan que los alimentos se peguen y no transfieren sabor metálico… si se hace un buen mantenimiento.
• Hechas con titanio. Muy resistentes, ligeras y estables al calor; una opción segura y versátil.
• De vidrio. Es un material inerte, aunque algo más frágil, que no libera químicos y, en cambio, soporta altas temperaturas.









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