lunes, 22 de diciembre de 2025

Fósil dinosaurio de Chaohusaurus dando a luz a tres crías

 

Fósil de Chaohusaurus dando a luz a tres crías
Pocas instantáneas fósiles pueden ser tan dramáticas como un parto, pero muestran interesantes cambios en la reproducción de los animales antiguos. Los ictiosaurios –lagartos-peces– fueron reptiles marinos semejantes a los delfines. No ponían huevos, sino que parían sus crías en el agua. Se han hallado cientos de hembras con embriones dentro y se conocen al menos dos alumbramientos, en diferentes estadios evolutivos. El primero es un Stenopterygius, un género muy común de hace 180 millones de años (Jurásico). La madre medía unos tres metros. La cría nace con la cola primero, como en los delfines. Tiene lógica: si la cabeza sale antes y el parto se complica, la cría se ahoga. El segundo es un Chaohusaurus, el Ictiosaurio más antiguo que se conoce –248 millones de años–. De apenas un metro, alargado y con aletas poco desarrolladas, nadaba ondulando el cuerpo. Su linaje llevaba poco tiempo en el mar y aún no habían adquirido forma de huso. En el parto petrificado vemos tres crías: una dentro de la madre, otra fuera y la tercera naciendo, sacando la cabeza primero. No parece un accidente, porque las tres están orientadas en la misma dirección, pero nacer de cabeza es tan ventajoso en un animal terrestre como peligroso en uno acuático. Los investigadores deducen que, antes de adaptarse a vivir en el agua, los abuelos de los ictiosaurios ya daban a luz en tierra. Aunque eran reptiles, habían dejado de poner huevos. Luego, a medida que la evolución modelaba un cuerpo apto para la vida marina, el parto acuático mejoró. En algún momento entre Chaohusaurus y Stenopterygius las crías se dieron la vuelta.
 

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