Se trata del
local más pequeño no solo de la ciudad,
sino de todo Estados Unidos (2,5
metros cuadrados). Es un triángulo donde solo entra
una persona de pie. Con permiso para vender
casi cualquier cosa, incluso marihuana.
Lo que se ve saliendo de la pared es la electricidad con el contador y el enchufe. No
hay que pagar agua porque no la tiene.
Solo para rentabilizar
el alquiler, mínimo hay que
sacar 200 dólares (183 euros) diarios.
El local estaba en manos
de Balla, un vendedor senegalés
que ha gestionado su propio negocio
durante casi 30 años en este lugar,
donde ha subsistido como comerciante
de prendas de ropa africana y,
sobre todo, gafas de sol. Pagaba de alquiler
950 dólares (868 euros) al
mes. La renta ahora se ha disparado
hasta los 6.000 dólares, de ahí que
haya decidido no renovar el contrato
y probar suerte en otro punto de la
ciudad.
La minúscula tienda era propiedad
de Abdul Awan, un médico de familia
de Brooklyn que terminó por
deshacerse de la propiedad el año
pasado, cuando la vendió por
190000 dólares (173500 euros) a
una empresa denominada Sociedad
de Responsabilidad Limitada Más
Pequeña del Mundo (el nombre lo dice todo). Entre las muchas opciones que estudia
el nuevo propietario para tan
emblemática ubicación se encuentra
la posibilidad de convertir el espacio
en una tienda pop up que cambie de
inquilino cada tres o seis meses. Burbuja inmobiliaria neoyorquina.
Donde está por si queréis viajar/Location to travel
No hay comentarios:
Publicar un comentario