Composites
España tiene la tercera industria composites (los nuevos materiales compuestos) de Europa, solo detrás de Alemania y Francia. Todo empezó con CASA, integrada en Airbus y que en su día, cuando era pública, adoptó la decisión de apostar por esos materiales. Pero si CASA fue el principio, lo importante es que el sector actualmente es casi totalmente privado, con una lista de empresas casi infinita, que han ido surgiendo en las últimas dos décadas. Algunas de nuestras empresas han logrado alzarse a la condición de suministradoras de sistemas para los grupos aeronáuticos en la categoría Tier 1 (máxima integración), el caso de Aernnova, Aciturri, Indra y Alestis, que trabajan para Boeing, Airbus, Embraer, Alenia, Bombardier o Sikorsky. Esto, además de empresas como M Torres o Sener, especializadas en el diseño y fabricación de maquinaria para el sector. Muchas de ellas, si bien empezaron como proveedoras de piezas con tecnología transferida por Airbus, desarrollan ahora sus propios sistemas. “Empresas que antes se limitaban a producir una pieza y ahora diseñan el elemento estructural, el utillaje de producción, elaboran la documentación y fabrican y certifican el conjunto completo antes de su entrega”, explican en INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial).
Se trata de firmas muy sólidas, de dimensión media o grande, “que han tenido que capacitarse, hacer enormes inversiones en I+D y en la ampliación de las instalaciones, además de que ahora van como partners de los constructores y no cobran hasta que se venden los aviones”, apuntan en SENER.
Moda nupcial
España es el segundo exportador mundial de ropa de novias, algo que se debe en buena parte a la tradición del sector en Barcelona, pero también a la aparición de empresas globales como Pronovias y, en menor media, Rosa Clará. Estas dos firmas han creado un segmento intermedio entre la haute couture nupcial y el prêt-à-porter por fotografía, un modelo basado en la adaptación de unos modelos básicos al gusto y medida de las clientas.
Moda vertical de segmento medio
Es hecho probado que el segmento medio de la moda, tal como lo conocemos, fue un invento español, en concreto de Amancio Ortega, el fundador de Zara. Mientras que en el resto del mundo, la moda se dividía en dos segmentos, el caro y de lujo, y el barato y feo, el empresario gallego entendió que se podía ofrecer ropa fashion a precios medios. Pero si Ortega detectó esa posibilidad es porque se encontró con una serie de cambios tecnológicos, comerciales y normativos que hacían posible su modelo: el primero de ellos, un abaratamiento de los tejidos, y una mejora de su calidad, lo que le permitió diseñar prendas vistosas sobre telas capaces de soportar el envite, y todo a unos precios más bajos de lo habitual entonces.
Otra de los puntales de su revolución fue haber acabado con la división en dos colecciones, la de primavera-verano y otoño-invierno, sustituida por un modelo de diseño, confección y distribución continua a las tiendas. Ese modelo no hubiera sido factible sin la aparición, en los 80, de toda una nueva maquinaria de confección y el diseño asistido por ordenador (CAD), que permitía diseñar prendas en un tiempo récord. Tampoco hubiera podido poner en marcha su sistema de distribución semanal a las tiendas (siempre con prendas nuevas) de no contar con un sistema informático y de telecomunicaciones lo bastante potente como para disponer de información estadística detallada al final del día sobre la ropa vendida y las preferencias de los clientes.
El modelo Zara acabó convertido en el estándar. Hoy día, España cuenta con la nómina de empresas verticales, desde el diseño a la tienda propia, y especializadas en el segmento medio (no hay una sola marca española de lujo aparte de Loewe), mayor de Europa.
Fabricantes de aerogeneradores
España tiene algunas de las empresas de aerogeneradores más grandes del mundo, entre ellas Gamesa y Acciona Wind. También Alstom, después de adquirir la española Ecotecnia, convirtió a España en sede de su negocio de aerogeneradores. La clave de desarrollo de esta industria fue el programa de instalación de electricidad por energía eólica.
Promotores de energía fotovoltaica
Tras la moratoria a la instalación de nuevos parques fotovoltaicos, las empresas del sector se han dedicado estos años a desplegar instalaciones por todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, donde estas empresas – T Solar, Sener, Elecnor, Enertis, Quantum– compiten sin primas.
Móviles y tablets
Mientras Europa perdía sus grandes marcas de móviles, desde Philips a Siemens y sobre todo Nokia, en España se disparaba la aparición de decenas de marcas de e-readers, móviles y tablets: una lista interminable que incluye a nombres como Bq, Wolder, Woxter, ImasD, Geeksphone, NPG, i-Joy, Energy System, Leotec, Szenio, Sunstech, Funker, Grammata, SPCinternet, Unusual y Primux. Contra todo pronóstico, ¡empiezan a tener éxito! Algunas disfrutan ya de buenas posiciones en las cadenas especializadas y superficies generalistas; Bq está en MediaMarkt y desarrolla los e-readers y tablets de Fnac; i-Joy está en unas 30 cadenas, desde El Corte Inglés a Carrefour, Phone House o Beep. En Fnac venden marcas como Bq, Wolder, Energy System, Woxter, Sunstech o Primux. Y en Carrefour, también i-Joy y Unusual.
Según Kantar Worldpanel, estas marcas se habrían hecho con el 15% del mercado español. Algunas hasta serían líderes. Bq, con 550 empleados y 100 millones de euros de facturación y que vendió en el 2013 un millón de dispositivos, tendría, según Kantar, el 7% del mercado de tablets. Su rival I-Joy vendió incluso un poco más. Pero, si algunas de estas firmas han logrado tamaño, la mayor parte son pequeñas startups. Aun así, todas se presentan con nutridas carteras de productos. ¿Cómo lo consiguen? Salvo alguna excepción, como ImasD, porque la mayor parte no fabrican nada de lo que venden y llevan su marca: tal como hace Apple, recuerda algún ejecutivo del sector.Todas insisten en que diseñan sus móviles y tablets que luego encargan en Asia. “Desarrollamos los móviles y tablets en España” apuntan en Bq, “que fabricamos en China, no tanto por el coste de la mano de obra, sino porque el ecosistema de la industria está ahí”. Otras empresas ni siquiera eso: adquieren los terminales y les ponen su marca. “El secreto –explica un experto– está en asegurar al cliente la asistencia técnica, algo que las empresas chinas medianas no hacen”. Y luego practicar los precios más bajos. “Vendemos un producto que, con las mismas prestaciones, cuesta la mitad de un Samsung”, aseguran en Leotec.
Escuelas de negocios
Después de las de Estados Unidos, las escuelas de negocios que en conjunto obtienen los mejores puestos en los rankings del Wall Street Journal, The Economist o Forbes son las españolas, centros como IESE, IE Business School, ESADE o ESIC. No sólo obtienen las más altas calificaciones sino que son las más internacionalizadas del mundo. Tres de las cuatro grandes disponen de campus fuera de España, algo que según apuntan en el sector “no ocurre ni en Estados Unidos”. Estas escuelas llevan décadas trabajando su lado internacional, entre ellas el IESE, que empezó a extenderse por el mundo ya en los años 60. La estrategia entonces elegida fue la de crear escuelas de negocios similares en países donde eso era una novedad, sobre todo en Latinoamérica. Actualmente, el IESE dispone de campus en Múnich, Sao Paulo y Nueva York; el ESIC tiene dos en Brasil, uno en Curitiba y otro en Santa Catarina; ESADE, que tuvo un campus en Buenos Aires, ofrece sus cursos corporativos en las principales ciudades de Latinoamérica, y IE Business School, que no tiene instalaciones propias si cuenta 27 oficinas de representación en el mundo, desde Los Angeles a Shangahi, México o Singapur, desde los que recluta alumnos y profesores, ayuda sus ex alumnos a colocarse, vende sus cursos y cierra acuerdos con otras universidades. Tal ha sido el éxito en estas tareas de reclutamiento y difusión que el nivel de internacionalización de nuestras business schools, en cuanto a alumnos y profesores, supera lo habitual en Estados Unidos.
Servicios de limpieza urbana
Las empresas españolas de servicios urbanos (Urbaser, Cespa, Valoriza…), casi todas pertenecientes a las grandes constructoras, copan buena parte de los contratos de recogida y transformación de residuos en Europa y en los cinco continentes. La razón es evidente. Estos servicios, en los que FCC fue pionera, han sido siempre suministrados en España por empresas privadas, lo contrario de lo que sucedía en el resto de Europa, donde los proveían los ayuntamientos, con mucho menos eficiencia. La acumulación de know how tecnológico, financiero y comercial en todas las etapas del reciclaje de las basuras le ha dado un plus a las empresas españolas, que han soportado la competencia de gigantes franceses y británicos.
Funerarias
Pocos saben que España tiene la mayor red de instalaciones mortuorias de Europa, algo así como mil tanatorios, lo que dobla o triplica lo habitual en otros países europeos. “No hay casi ayuntamiento de más de 10.000 habitantes que no tenga uno”, señalan en Panasef, la patronal del sector. Lo mismo pasa con los crematorios. En España solo se incineran el 32% de los fallecidos, frente al 70% habitual en otros países, pero nuestro país tiene 230 hornos crematorios y Francia sólo 151. Todo ello se debe a la aparición de grandes empresas funerarias: Funespaña, la primera, fundada en 1990; Albia en 1998 o Mémora en 2000. Empresas que se construyeron a partir de un proceso de build up, mediante la compra de decenas de firmas funerarias locales. A lo que habría que añadir la adquisición de decenas de tanatorios, que los ayuntamientos debieron vender por no tener dinero para gestionarlos. El crecimiento de estas firmas ha sido desmedido. Funespaña facturaba 74 millones de euros en 2009 y 153 millones en 2013. Esta concentración ha generado una puesta al día del sector y de los servicios inédita en Europa. Han convertido a los tanatorios en auténticos hoteles mortuorios. Frente al velatorio habitual de hace décadas, estas firmas ofrecen un servicio integral desde el hospital al cementerio, catering de altos vuelos, acompañamiento musical, discursos y eventos con maestro de ceremonias incluido, asistencia psicológica, grupos de duelo, ayuda telefónica y la gestión legal o administrativa. Si todo esto ha sucedido ha sido también por la particular cultura funeraria existente en España. Mientras que, aseguran en Mémora,“en buena parte de Europa se da los pésames a la familia en casa, se vela el difunto en el hospital y se hace la ceremonia en la iglesia o en el local de la funeraria, en España todo se realiza en un tanatorio”.
Clínicas dentales
Ningún país de Europa tiene un sector de cadenas de clínicas dentales como España. “Somos el país con más redes de clínicas, mayor penetración y crecimiento del modelo” asegura Luis Cañadas, fundador de CarDent, una de las líderes del sector. Desde que el uruguayo Ernesto Colman pusiera patas arriba en los años 90 el vetusto negocio de las clínicas dentales con Vitaldent, no han parado de surgir nuevas empresas, basadas en el mismo modelo. La más grande sigue siendo Vital Dent, con 434 centros. Pero hay otras que están creciendo. Unidental, fundada en 1998, tiene 160 centros; CareDent, en 2004, suma ya 95; Dental Company tiene 48 locales, D&D 21 y Dentzano 14. Dentix ha sido la última. Nació en el 2010, con cuatro clínicas y ya supera las cien.
¿Por qué han tenido éxito? Porque están a pie de calle, con locales muy llamativos, despliegan una publicidad constante y muy intensa, y sobre todo porque son baratas. “Nuestros precios son inferiores a los de Colombia, Rumania o Bulgaria”, afirma el fundador de CareDent. El bajo precio ha generado, prosigue, “una democratización de la odontología. España ya pone más implantes que Francia o Inglaterra”. Claro que parte del secreto de esos precios reside en los bajos salarios practicados aquí, algo que se debe a que España es el país con más dentistas de Europa. Las empresas, muy hábiles a la hora de utilizar cualquier instrumento de marketing que aporte clientes, también se han beneficiado de la falta de prestaciones dentales en el sistema público.
Constructoras superrápidas
El lamento del alcalde de Dublín ante la tardanza de años en el Metro de la ciudad (“debíamos haber contratado a las constructoras españolas”) dio a vuelta al mundo. No era una boutade. Las constructoras españolas están consideradas como las más veloces del mundo a la hora de proyectar y terminar una obra. La explicación reside en el particular modelo de negocio, por subcontratación por tramos (tiers) y por fases constructivas, desarrollado por nuestras empresas, puesto en marcha en España –debido a una legislación laboral muy propia de España, e inexistente en Francia o en el Reino Unido– y que luego exportaron por el mundo.
Carroceros autobuses
La industria española de carrocerías para autobuses es la mayor de Europa. Las 10 empresas, integradas en Ascabus, la patronal del sector (Irizar, Castrosua, Ferqui…), dan trabajo a 3.000 personas. Y lo mejor es que ha resistido como pocas el embate de la crisis económica, una etapa en que las ventas de estos vehículos cayeron en picado: más de un 40% en España. El atractivo de las carrocerías producidos por las empresas españolas del sector, con su estilizada aerodinámica y dotadas con todo tipo de componentes y gadgets de última generación en seguridad, ergonomía o confort, explican que, en 2013, el 55% de las 4.000 carrocerías producidas (entre 90.000 y 150.000 euros cada una) fueran al exterior. Las de la vasca Irizar, la líder del sector, circulan por las carreteras de Estados Unidos, Europa y China. La firma, que fabricó casi 5.000 autocares en 2013 en siete plantas distribuidas por todo el mundo, ha sido premiada varias veces en Europa.
¿El secreto? El hecho de que el Gobierno y los ayuntamientos hayan venido aplicando normativas muy exigentes, sobre todo en los aspectos relacionados con la seguridad y el confort, es una de las claves: ha obligado a los constructores a un contante esfuerzo de mejoría. Además de que los precios practicados por los carroceros españoles son más bajos que los de sus rivales europeos, la industria ha habituado a sus clientes a carrocerías hechas a medida, de la misma manera que un sastre de lujo confecciona un traje.
“El punto fuerte –explican en el sector– es la flexibilidad, la cercanía a los clientes y la rapidez de respuesta. Te hacen un producto personalizado en un tiempo récord”. Mientras, las grandes marcas (Mercedes, Scania, Man, Iveco), fabrican en serie y tardan más en entregar.
Fuente: emprendedores.es
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