- Elegir la base hidratante. Según tu tipo de piel: normal, mixta, seca o grasa. Todas las opciones están disponibles en versión piel normal, piel sensible o con SPF.
- Seleccionar los activos. Ahora toca escoger los activos según el tratamiento o el efecto que quieras conseguir. Por ejemplo, si quieres mejorar el tono, reducir las manchas y las imperfecciones, opta por la vitamina C o el ácido glicólico. Si te preocupan las arrugas, apuesta por otros ingredientes, como el retinol o la niacinamida.
- Carga el dispositivo. Una vez creada la combinación perfecta de base y activos para nuestra piel, llega el momento mágico de cargar todos los ingredientes en el dispositivo, pulsar el botón y conseguir la dosis justa de la crema que necesitas.
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