El punto fuerte de la webcam Razer Kiyo es su anillo
de luz: puedes ajustar la iluminación, lo que viene de
maravilla cuando estás en la calle y las condiciones
luminosas no son las adecuadas. La instalación y el
montaje son pan comido. La Razer se asienta sobre
el monitor o sobre la parte superior del portátil, con
su soporte de pinza. No obstante, la cámara no es
perfecta. Los colores son demasiado intensos sin
una luz auxiliar y, con ella, resultan un poco pálidos.
Los rostros se ven algo artificiales.
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