Confeccionado con 309
pespuntes hechos a mano, este emblemático
bolso vuelve a hacer historia con una mirada al
pasado y la recuperación de una técnica que
forma parte de sus raíces romanas: el bordado
de sellería. Hace casi un siglo, Adele Fendi lo
utilizó por primera vez y ahora regresa más
actual y moderno, con puntadas de cuero tono
sobre tono en una gama de colores digna de la
nueva estación. Así, la piel “Cuoio Romano”, el
pespunte y el “savoir-faire” de la sellería artesanal
se encuentran en este modelo mini que,
como las buenas esencias, concentra todo su
poder en su tamaño compacto.
¿Percibe su sonrisa? El
bolso más fresco y atrevido de la casa, por su
construcción innovadora y la referencia infantil
de su nombre, hacen honor al esfuerzo de Fendi
por crear tendencias que se conviertan en
clásicos y, con este bolso, superan cualquier
expectativa. 646 pespuntes hechos a mano
recorren las costuras. De nuevo, el bordado de
sellería funde pasado y presente, recuperando
el arte de los maestros talabarteros romanos y
convirtiéndolo en un nuevo código de moda
que, junto a la piel de becerro con grano natural
y el cierre de giro en ambos lados, hacen de
este un icono que desear.
No se cansan de invitarnos
a recuperar el niño que llevamos dentro y
lo hacen con genialidad y audacia. Haga una
pregunta, elija número y cuente los movimientos…
Las ocho palabras estampadas en su
interior dictarán sentencia. Esta vez no se trata
de un bolso. El lazo anudable permite colgar el
“charm” en un bolso, eso sí, o utilizarlo como
llavero. El I+D siempre ha sido un distintivo de
la casa Fendi, pero la saga familiar nunca ha
tenido miedo de expresarla con creatividad. De
la unión de ambas premisas, surge este adorno
divertido confeccionado en napa y disponible
en varios colores.
Se trata de hacer… ¡flip! y que el bolso
cambie por completo con un sencillo movimiento.
La versión más aerodinámica de la casa nos
recuerda que la vida contemporánea es cambiante.
Tan pronto necesitamos un “shopper”
de día como un bolso de mano horas más
tarde… Con esa idea nace Flip, el dos en uno de
Fendi que cambia su uso en un gesto. Parece
plano, pero su base se abre al llenarse, magnificando
la experiencia. Ahí radica la esencia
innovadora de esta obra de maestra del camuflaje.
Sus bloques de color y la gran F grabada
en relieve hacen del contraste otra de sus
razones de ser.
Si algo tiene en
común la gente creativa es que no se pone
límites y, gracias a eso, surgen fantasías técnicas
como este Peekaboo con seda multicolor
trenzada, una versión juvenil y sofisticada que
se mantiene fiel al espíritu artesano y no
traiciona su alma “marroquinera”. Al contrario,
la ensalza con este delicado envoltorio de seda
que pone el acento en la combinación de
colores que, de manera abstracta, nos trasladan
de nuevo al terreno del instinto artesano, del
que la casa no se separa sea cual sea el camino
que tome. Porque, ya se sabe que todos los
caminos conducen a Fendi.










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