La umbrela (cuerpo principal) es casi cuadrada, traslúcida y de color azul y verde (por lo que es muy difícil distinguirlas en el mar a menos que sea de noche, el cuerpo sí se puede distinguir porque brilla en la oscuridad), de la cual salen 60 cilios o tentáculos de aproximadamente 80 cm de largo cada uno. Es casi transparente, por lo que es muy difícil su avistamiento por los bañistas. Puede llegar a alcanzar el tamaño de un balón de baloncesto, teniendo hasta 60 tentáculos, cada uno de 3 metros de largo, con hasta 5 mil millones de aguijones microscópicos (cnidocitos) que pueden inyectar un letal veneno. Cuando los tentáculos entran en contacto con la piel es sumamente doloroso, arde, quema y se sienten pequeños toques eléctricos y calambres que no ayudan a tener un movimiento normal de las extremidades, en donde normalmente se adhieren y enredan los tentáculos. En las mujeres los tentáculos pueden llegar a hacer más daño, pues al no tener vellos el tentáculo se adhiere con más facilidad a la piel y se logra inyectar más veneno. A la hora del primer contacto es muy doloroso y este puede durar hasta 48 horas, en promedio dura 12 horas. Al momento de que los tentáculos tocan a la persona se debe de salir del agua lo más rápido posible sin tratar de remover los tentáculos mientras estás en el agua pues podría entorpecer la salida del agua. Se deben remover los tentáculos hasta que la persona esté fuera del agua, pues tenerlos en contacto con la piel es muy doloroso y arde. Se debe de poner vinagre inmediatamente, si es posible se debe de empapar una toalla con vinagre para así desactivar el veneno lo más pronto posible. El agua caliente ayuda a aliviar el dolor. El veneno entra directo al torrente sanguíneo y dependiendo del peso de la persona y la cantidad de veneno puede causar un paro cardíaco, es por esto que se debe de buscar atención médica inmediata.
Generalmente el roce de la víctima con sus tentáculos no pasa inadvertido y deja lesiones visibles que de rojo se tornan en más rojas y se hincha la zona afectada; tras unos 20 minutos se inicia el síndrome irukandji: comienza un intenso dolor en todo el cuerpo, el ritmo cardíaco se triplica, la tensión sanguínea se duplica; por lo general la muerte sobreviene tras una embolia cardíaca. Sus síntomas se presentan también en dificultad para respirar, náuseas y vómitos, hinchazón y dolor severos, latidos cardíacos lentos y muerte del tejido cutáneo. Sin embargo, algunos animales son inmunes a la toxina, como las tortugas de mar, que se alimentan de ellas sin sufrir daño alguno. En el caso de los humanos, si el veneno penetra en el sistema sanguíneo, la muerte puede llegar a producirse en menos de tres minutos. El tratamiento tópico con vinagre de las lesiones por contacto disminuye su peligrosidad. Según un estudio reciente de la revista National Geographic, las avispas de mar se vuelven más mortíferas con la edad. Las jóvenes, que cazan camarones, tienen veneno tan sólo en el 5% de sus células urticantes, mientras que las adultas lo tienen en el 50%, lo que les permite cazar presas más grandes.
by PI
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