Los osos polares no son animales trepadores, pero el hambre relega las costumbres a un segundo plano y el progresivo deshielo del Ártico está aguzando el ingenio de sus habitantes más grandes. Este ejemplar se encaramó a unos 100 metros de altura en un acantilado del archipiélago Novaya Zemlya (Rusia) con intención de echarle la zarpa a los araos de Brunnich que allí anidan. |
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