"Imagínatelo: es el funeral de tu padre y estás arrodillado junto a su ataúd, despidiéndote para siempre de él. De repente, tienes nueve orgasmos. Justo ahí, cuando toda tu familia está de pie detrás de ti".
Ese es el día a día de Dale Decker, un estadounidense de 37 años que sufre el Síndrome de la Excitación Sexual Persistente (PSAS, por sus siglas en inglés).
Desarrolló el transtorno en el 2012, cuando una tonta caída hizo que se le desplazara una vértebra.
Según cuenta en una entrevista realizada por Bancroft TV, un canal de televisión por internet, el síndrome le hace tener unos cien orgasmos al día. En el funeral de su padre, en el trabajo, frente a sus hijos... en público y en las situaciones menos oportunas.
"No hay nada de placentero en ello, porque a pesar de sentirte físicamente bien estás completamente a disgusto por lo que está pasando", dice Decker.
"Hace que no quieras tener un orgasmo nunca más".
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