Años más tarde, al contar el incidente a unos amigos, Pujol se animó a ver si todavía era capaz de hacer magia con su trasero. Después de haber comprobado, delante de ellos, que no había perdido el toque, y emocionado por su respuesta entusiasmada, decidió aprovechar su talento con aire en lugar de con agua. Descubrió que podía aspirar aire y expulsarlo a voluntad. A partir de ese momento Pujol adoptó el nombre de Le Petomane y compartió su don con el público, en un escenario alquilado en su ciudad natal de Marsella. No tardó en convertirse en una sensación local, ayudado por el boca a boca. En poco tiempo llevó sus actuaciones a otras ciudades con éxito similar. Le Pentomane estaba preparado para dar el gran salto y viajó a París.
A principios de la década de 1890, el Moulin Rouge se hizo famoso por su animado cabaret, con espectáculos de cancán de alto nivel y actores de renombre, como Sarah Bernhardt. Cuando Le Petomane llegó al teatro y se reunió con su director Charles Zidler, le aseguró que tenía preparado un espectáculo que causaría furor en toda la ciudad. Después de hacerle una demostración del poder de succión y de expulsión de su ano, tanto con líquido como con aire, quedó inmediatamente contratado. Aunque encantado con lo que había visto, a Zidler no se le ocurrió pensar que Le Pentomane se convertiría en la actuación más rentable del Moulin Rouge, con recaudaciones de 20.000 francos por espectáculo, más del doble de lo que se recaudaba con Bernhardt.
Aparte de sus dotes con los pedos, Le Pentomane demostró otras habilidades en el escenario. Era capaz de insertarse en su trasero un tubo de goma de un metro de largo y fumar un cigarrillo puesto en el otro extremo, aspirando el humo y apagándolo. Podía tocar melodías a través del tuvo, como La Marseillaise. Además, para completar su repertorio rectal, demostraba su capacidad para apagar velas a una distancia más que considerable.
Tan popular se hizo, que al final se despidió del Moulin Rouge para hacer una gira por Europa y el norte de África. Cuando regresó decidió abrir su propio teatro de variedades. El Moulin Rouge, disgustado por su partida, decidió organizar un espectáculo que le hiciera la competencia: Mademoiselle Thiebeau, más conocida como La Femme Petomane. Una idea que no llegó a cuajar.
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