Es la descamación visible del cuero cabelludo provocada por la proliferación excesiva de un hongo llamado Malassezia, que se alimenta del sebo (grasa) del cuero cabelludo. Afecta al 50% de la población y se acentúa por los cambios de temperatura, el lavado frecuente, la sequedad ambiental y el uso de gorros. A veces está asociada a la dermatitis seborreica, aunque también la provocan episodios de estrés y la sensibilidad a determinados productos capilares.
¿Cómo se trata? Con el uso de champús específicos, que suelen llevar ingredientes como el sulfuro de selenio, la piroctona ola mina y el ketoconazol. También se recomienda recurrir a técnicas de relajación para gestionar bien el estrés y, en casos muy persistentes, consultar con un tricólogo, dermatólogo especializado en la salud del cabello.








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