Son lesiones dolorosas, causadas por la exposición al frío y a la humedad, que afectan a los vasos sanguíneos, dando lugar a áreas inflamadas e incluso ampollas. Suelen aparecer en manos y pies unas horas después de la exposición a estas condiciones ambientales. Factores como la mala circulación, los cambios de temperatura, así como algunas enfermedades, como la artritis reumatoide, aumentan el riesgo de poder padecerlos.
¿Cómo se tratan? Se debe mantener la zona seca y caliente, pero sin exposición directa a fuentes de calor como los radiadores o las estufas. Hay cremas específicas de venta en farmacia, pero en algunos casos el médico puede prescribir medicamentos para los que se necesita receta, como los corticoides.








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