Nada que ver con los polvos mágicos, ya que se trata de un líquido. En concreto, es un superácido que mezcla ácido fluorosulfónico (HSO3F) y pentafluoruro de antimonio (SbFJ). El nombre se lo puso su descubridor, el nobel de química George A. Olah, después de una fiesta de Navidad en la que un miembro de su laboratorio introdujo una vela en el ácido y observó cómo desaparecía disuelta.
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