Se trata de una molécula de doce anillos de benceno fusionados para formar la figura de un ocho, o bien el símbolo matemático de infinito, dependiendo de cómo la observemos. Fue sintetizada por los químicos expertos en construcción de macromoléculas Maciej Krzeszewski, Hideto Ito y Kenichiro ltami, en la universidad japonesa de agoya. Puede parecer que este tipo de moléculas se construyen por capricho, pero no es así: en ocasiones suponen un avance en las técnicas de síntesis orgánica, como es este caso, y conducen a nuevos productos con prometedoras aplicaciones tecnológicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario