A estas alturas, cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, aparece una proteína que se llama igual que el personaje de videojuegos. En concreto, de Sonic, el erizo mascota de la compañía SEGA. Pero no la pierdan de vista porque es una proteína con bastante importancia e interés en la regulación de la organogénesis de los vertebrados.
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